Una mirada sobre la obra «Sobre el daño que causa el tabaco», -dirigida por Marcelo Allasino-, por parte de Jona Faber
Durante el mes de julio, el Centro Cultural La Máscara fue el espacio donde se estrenó “Sobre el daño que causa el tabaco”, la obra del dramaturgo ruso Anton Chejov dirigida por Marcelo Allasino e interpretada por César Maldonado, con la asistencia de Valeria Díaz.
La lectura de un director deliciosamente destacable del ámbito de las artes escénicas como es “Chelo”, y la interpretación de un plástico César Maldonado tuvieron como resultado un espacio íntimo de encuentros, siempre a sala llena.
Casi imposible no sentirse parte de una de las “conferencias de temas comunes” que el protagonista de este monólogo, Ivan Ivanovich (Cesar Maldonado), se ve obligado a realizar constantemente bajo la preposición persistente de su esposa.
Un monologo crudo, intenso, que concatena una serie de recuerdos que surgen de manera natural y que conjuga, catártica, la situación actual de un hombre frágil, de un hombre que ya no es hombre, sino sombra.
Lo que sostiene en vilo a Iván Ivanovich es la liberación de una ira que escala durante toda la obra, que interpela los recuerdos, las situaciones de su vida cotidiana que, tal vez inconscientemente, él también permitió que sucedan. Victima y verdugo de su propio pesar, quien encarna a este personaje rompe la cuarta pared, pone el cuerpo como espejo de esa ira manifiesta en palabras y se despoja de todo, incluso de su ropa, para devolver el reflejo de lo que es: “un cascarón vacío”.
La presencia latente, casi tácita de su esposa, queda como una ausencia incógnita, como si la dualidad de su potencial presencia o ausencia jueguen como otro espacio más que presiona sobre la conferencia.
¿Se animará Ivan Ivanovich, este hombre despojado de su dignidad íntima, a hablar así frente a ella?
Parecía que no, que su magnetismo dominante lo haría imposible.
Pero sobre el final, un fumador como el personaje, obligado a hablar en contra de lo que disfruta, un hombre decidido a exponer como un grito de liberación su realidad frente a un público que no conoce, sentencia :” les recomiendo, ante todo, que no fumen”.
¿Es en ese momento donde llega su esposa a la conferencia? Por un momento, el público inmerso en esta obra se siente experimentando la paradoja del Gato de Schrodinger, y el salón es la caja.
Lo clásico no pasa de moda, y una obra escrita en 1886 se reconoce en las manos del director de esta obra, quien con un amplio recorrido en el mundo del teatro vuelca su experiencia en un entorno minimalista, donde no hace falta más de lo que se ve para comprender lo que se dice.
César es Ivan. Se involucra hasta el último espacio de su piel, y ya no convive: Ivan lo toma, Ivan se apodera de él.
Un monólogo, que paradójicamente para algunos es fuertemente dramático y para otros se tiñe de comedia, que refleja el daño psicológico de una relación de poder desigual, de una relación dominadora/dominado, pero que se esconde en un lugar común: el daño que causa el tabaco.
